Escribo este post para compartir contigo mi experiencia de como cambié radicalmente mi estilo de vida. Tenía un trabajo aburrido en una empresa en el que pasaba largas horas delante del ordenador - a menudo calentando la silla. Ahora dirijo proyectos de software a través de internet mientras viajo y coopero en misiones de ayuda humanitaria. Me llamo Juan y soy Ingeniero Informático. Esta es mi historia.


Pero me venía grande, habían demasiadas cosas que desconocía, me faltaba algo que me impedía ver el "big picture". Emprender era un camino tortuoso y muy difícil, lleno de obstáculos y problemas por resolver y no me veía capaz.
La confianza del primer paso. Uno que puede cambiar tu vida
Siempre había querido hacer un voluntariado. Tenía algo de dinero ahorrado, y muchas ganas y confianza así que comencé a buscar. Tras varios meses, por fin me aceptaron en esta magnífica ONG para ayudar a reconstruir colegios en Nepal tras el terremoto de 2015. Avisé a mi empresa con algo de antelación para que pudiesen buscarme a un sustituto y en Octubre de 2016 volé desde Valencia a Kathmandu para, tras un viaje de unas 22 horas de duración, meterme en un autobús hasta el poblado de Trishuli, a 9 horas de trayecto y de tráfico caótico.

Recuerdo lo chocante que me resultó la diferencia entre Nepal y España. Había estado en otros países en vías de desarrollo antes, como México , Marruecos o Turquía, pero aquello parecía sacado de otro planeta. Es una sensación que me cuesta mucho verbalizar, pero escribiendo estas lineas me entra la misma sensación que recordé al bajar de aquel autobús.
Aquello era pobre, muy pobre, y por si fuera poco, todavía se notaban los estragos del terremoto. Además, no entendía el idioma y solamente podía fiarme de la buena fe de aquellas personas - gracias a cuyas indicaciones pude llegar finalmente a la base.

El trabajo en la ONG
Supongo que te podrás hacer a la idea de cómo te cambia una experiencia como esta la manera de ver la vida. Estuve 4 meses de voluntario como Base & Site Manager de la base que All Hands Volunteers tenía. Recuerdo que al principio muchas de aquellas cosas me venían grandes. Construir colegios en una zona remota y rural de Nepal no es tarea fácil pero no por ello dejaba de sentirme satisfecho. Dormía en una tienda de campaña y me duchaba con cubos de agua que a veces era caliente y a veces no. Y pese a lo incómodo que pueda parecer, nunca he dormido más cómodamente ni he tenido una ducha mas relajante que las de aquella vez.

Cuatro meses de aquello me dieron muchísimas ideas. ¡En serio! No te lo creerías. A mi aquello me gustó tanto que un año después repetí la experiencia.
Estar allí colaborando con tanta gente que trabajaban de sol a sol para luego acabar sentados por las noches todos alrededor de una hoguera al ras del fro de los Himalayas con unos pocos trozos de leña y cerveza para calentarnos. No habían ni cines ni internet ni mucho que hacer, y aún así los días me pasaban cortos.
Estar en ese estado, sentirme tan libre y dueño de mi destino durante aquel tiempo fue una experiencia fundamental que no solamente me ayudó a encontrar mis auténticas pasiones, sino que me ayudó a expandir mi forma de entender el mundo, los negocios, las personas y el trabajo.

Una experiencia que se vive... ¿Una vez en la vida?
Aquello había abierto mi apetito por conocer, por descubrir. Te lo juro, ese estado de sentirme libre y dueño de mi mismo fue el que me permitió tener la capacidad creativa para emprender con éxito. Me encontraba en un hostal en el centro histórico de Katmandú - Tammel - donde vivir costaba entre 3 y 8 euros al día según que comiera. Viajando por allí conocí a un montón de gente que trabajaba viajando con su propio negocio, como freelancer. Había consultores legales, diseñadores gráficos, mayoristas, exportadores e importadores, e incluso alguna youtuber loca que se ganaba la vida viajando y grabando video blogs. La mayoría tenían formas modestas de ganarse la vida - aunque más de uno era millonario - pero por lo general algo que les notaba es que eran gente feliz, con una forma muy particular de entender los problemas en la vida y de afrontarlos.

Me sentía on fire. Hice varios treks por lo que probablemente sea una de las cadenas montañosas más bonitas que existen en el planeta. Subí hasta los 5.000 de altitud para poder contemplar el anochecer con los picos más imponentes de la cordillera del Annapurna. Viajé en moto hasta el sur, al borde con la India, donde había selva y todo tipo de animales salvajes libres en las grandes llanuras de la Torai. Cuatro meses de aquello me dieron muchísimas ideas. ¡En serio! No te lo creerías. A mi aquello me gustó tanto que un año después repetí la experiencia.
Fue aquel clima lo que me permitió explorar las infinitas posibilidades que existen hoy en día gracias a internet.
Aquello no podía ser una experiencia que se vive "una vez en la vida". Jamás me había sentido tan vivo y tan dueño de mi mismo y de lo que hacía con mi tiempo. Era la primera vez que me despertaba con ganas de trabajar en mi proyecto en vez de sin ganas de ir a trabajar. Aquello debía de ser un objetivo a largo plazo. Sabía que estaba ahí, que solo tenía que encontrarlo o esperar a que apareciera. Me concentraba para encontrar una idea pero poco todas me venían a la cabeza como una enorme tormenta. Lo que un día me parecía genial al día siguiente ya no valía.

Al final me percaté de algo que me daría muchísima ventaja. Me di cuenta de que lo que más me gustaba era el trato con las personas con las que podía hacer negocio. No era de extrañar, era gente muy creativa y muy independiente y tener conversaciones con ellos era muy interesante. Cada uno tenía sus puntos de vista y filosofías de vida, y siempre podías aprender algo de su punto de vista.
Por ejemplo conocí a un chico de Croacia que había descubierto lo fans que eran en su país de la serie de anime "One Piece" y se dedicaba a subcontratar la producción de aquellos sombreros a una empresa y venderlos a través de internet con un buen margen de beneficio.
Trabajando en la ONG había también una pareja de franceses que vivía vendiendo camisetas que diseñaban ellos mismos y que imprimían a través de un intermediario que se encargaba de la producción y el reparto. Les iba bien y cobraban una pasta. Se levantaban por la mañana, activaban los anuncios y sus campañas a través de Facebook y al anochecer las cerraban (ahora ese es un proceso automático). Trabajaban media hora al día (con la conexión tan lenta y limitada que había en la base) tres o cuatro días a la semana.

No te voy a engañar, es cierto que estoy contando la parte bonita. También debían parar a trabajar ocho horas al día (o diez o doce) durante periodos de tiempo de uno a tres meses para preparar sus colecciones de ropa, contactar con otros diseñadores con los que colaboraban y preparar su lineas de ropa, pero en general, trabajaban de forma libre, sin ataduras y siendo sus propios jefes.
Otro equipo - estos chicos eran locales - trabajaban organizando viajes de negocio para turistas internacionales. Con ellos acabé colaborando para hacerles su nueva página web, Wild Nepal. Ahora les ayudo a gestionar su clientela online, a utilizar las herramientas de marketing para poder tener un canal de comunicación a través de internet.
Centrarte en Lo que te gusta y se te da bien
Tras percatarme de lo que realmente disfrutaba haciendo, comencé la base de mi proyecto creando el organigrama de una empresa de desarrollo de software. Lo que me gustaba era la gestión de clientes, el trato con las personas, que me alejase de tener que estar programando 8 horas al día, y que me permitiese tener un conocimiento general sobre todos los aspectos de la informática para aplicarlos a soluciones de mis clientes.
Me puse ese puesto de trabajo y todo lo que tenía que hacer otro departamento de mi "empresa final" lo subcontrataba a través de freelancers por internet u otros equipos de desarrollo. Me centré en el Business Analysis - o lo que es lo mismo, analizar las necesidades que tiene un cliente para un proyecto de software o de marketing online. Cualquier cosa que tu proyecto, negocio o servicios necesiten para funcionar online y tener clientes.

Debo decir que le eché muchísimas horas. Lo primero en lo que me centré fue en desarrollar un modelo de negocio que me encajase y sobretodo que me permitiese hacer lo que más me gustaba hacer, tratar con clientes.
Sentía ese espíritu emprendedor. Esta vez si veía el big picture de lo que quería lograr. La primera vez que intenté emprender me topé con un mundo enorme sin ningún objetivo claro ni una idea que realmente me motivase. Ahora había adquirido la experiencia y la motivación que necesitaba. Tenía un objetivo claro, trabajar y viajar.
Y ese es mi mejor consejo, encuentra algo que te guste hacer y construye una "empresa" o estructura de personas a tu alrededor para poder hacer eso que más te apasiona. Si lo haces con gusto y pasión, lo harás bien, y si lo haces bien tendrás clientes.
¿Te gustaría vender por internet pero no quieres encargarte del marketing? Céntrate en la venta y subcontrata el marketing. ¿Quieres diseñar pero que otros vendan tu producto? Céntrate en el diseño y subcontrata la venta de tu producto.
Está claro que habrá cosas (sobretodo al principio) que te tocará hacer por narices, analiza las cosas no esenciales que puedes ceder a otra persona y crea ese puesto de trabajo ficticio en tu empresa (hasta que puedas permitirte pagar a alguien que lo lleve por ti).
Y el truco, que mejor me ha funcionado al diseñar mi organigrama, ha sido el de no crear ningún puesto de trabajo que alguien pudiese odiar realizar. Si yo no lo haría por repetitivo y monótono (no por que no me guste o por que no sepa, sino porque se trata de algo aburrido y sin ningún tipo de satisfacción personal) , entonces no es justo esperar que alguien que trabaja en mi modelo de negocio tenga que hacerlo. Esto ayuda a tener a empleados y a colaboradores fieles, felices y motivados con el proyecto. Me paso la vida resolviendo problemas y esto es lo que más los previene.
Mi trabajo ahora
Ahora comparto las cosas que he aprendido como emprendedor con otras personas. Ayudo a personas a iniciar sus startups y les asesoro en todos los aspectos técnicos relacionados con internet, desde el diseño web y de apps mobiles hasta la implementación de metodologías de trabajo que capten clientes a través de internet.

Por ejemplo, ayudo a que abogados o médicos dispongan de un canal de comunicación a través de internet donde consiguen nuevos clientes. Les desarrollo una web de contacto y les ayudo a conectar con clientes a través de redes sociales y buscadores web.
Mi estructura de empresa está en la nube. Trabajo de forma remota con todos mis clientes, yo elijo mi horario y lo mejor de todo es que puedo viajar y trabajar a la vez (y no planeo parar de viajar de momento). Solamente necesito un ordenador portátil e internet y puedo trabajar mientras escucho música, en el tren, un hotel o en la playa.

Y he escrito este post para comentarte que si te interesa, tú también puedes desarrollar tu negocio a través de internet. Si te ha gustado leer estas lineas y las fotos que acompañaban, quiero comentarte que tu también puedes hacerlo. En Hamro podemos ayudarte a hacer precisamente eso, iniciar tu proyecto.
De nuevo, no pretendo venderte el oro y el moro, emprender es duro y difícil, y es normal que más de una vez hayas pensado "esto se me queda grande". Yo también he pasado por eso, la desesperación de conseguir clientes, de no saber si llegarás a fin de mes, la espera y la incertidumbre. Considera Hamro como tu mentor, alguien que también te aportará experiencia y te ayudará en los pasos a seguir durante el inicio de negocio.
¿Tienes un proyecto o idea? ¿Quieres clientes a través de internet? ¿ Quieres descubrir de que manera puede internet ayudar a tu negocio? ¿Quieres poder viajar y trabajar cuando quieras? ¿Te gustaría convertirte en un nómada digital?